lunes, 30 de abril de 2018

Lección 120 - Repaso de las lecciones 109 - 110

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LECCIÓN 120

Repaso de las lecciones 109 - 110

(109) Descanso en Dios.
Hoy descanso en Dios y dejo que Él obre en mí a y través de mí, mientras descanso en Él en silencio y con absoluta certeza.
(110) Soy tal como Dios me creó.
Soy el Hijo de Dios. Hoy dejo a un lado todas las enfermizas ilusiones que albergo acerca de mí mismo y dejo que mi Padre me diga quién soy.
A la hora en punto:
Descanso en Dios.
Media hora más tarde:
Soy tal como Dios me creó.

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domingo, 29 de abril de 2018

Lección 119 - Repaso de las lecciones 107 - 108

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LECCIÓN 119

Repaso de las lecciones 107 - 108

(107) La verdad corregirá todos los errores de mi mente.
Me equivoco al pensar que hay algo que pueda hacerme daño.
Soy el Hijo de Dios, Cuyo Ser descansa a salvo en la Mente de Dios.
(108) Dar y recibir son en verdad lo mismo.
Hoy lo perdonaré todo, para así poder aprender a aceptar la verdad acerca de mí, y llegar a reconocer mi impecabilidad.
A la hora en punto:
La verdad corregirá todos los errores de mi mente.
Media hora más tarde:
Dar y recibir son en verdad lo mismo.

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sábado, 28 de abril de 2018

Lección 118 - Repaso de las lecciones 105 - 106

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LECCIÓN 118

Repaso de las lecciones 105 - 106

(105) Mías son la paz y la dicha de Dios.
Hoy aceptaré la paz y la dicha de Dios en grato intercambio por todos los substitutos de la felicidad y de la paz que yo mismo intenté.
(106) Déjame aquietarme y escuchar la verdad.
Permite que mi débil voz se acalle, para poder oír así la poderosa Voz de la Verdad Misma asegurarme que yo soy el perfecto Hijo de Dios.
A la hora en punto:
Mías son la paz y la dicha de Dios.
Media hora más tarde:
Déjame aquietarme y escuchar la verdad.

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viernes, 27 de abril de 2018

Lección 117 - Repaso de las lecciones 103 - 104

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LECCIÓN 117

Repaso de las lecciones 103 - 104

(103) Dios, al ser Amor, es también felicidad.
Quiero recordar que el amor es felicidad y que nada más me puede hacer feliz. Elijo, por lo tanto, no abrigar ningún substituto para el amor.
(104) Busco únicamente lo que en verdad me pertenece.
El amor, al igual que la dicha, constituyen mi patrimonio.
Éstos son los regalos que mi Padre me dio.
Aceptaré todo lo que en verdad me pertenece.
A la hora en punto:
Dios, al ser Amor, es también felicidad.
Media hora más tarde:
Busco únicamente lo que en verdad me pertenece.

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jueves, 26 de abril de 2018

Lección 116 - Repaso de las lecciones 101 - 102

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LECCIÓN 116

Repaso de las lecciones 101 - 102

(101) La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.
La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.
Lo único que me puede hacer sufrir es la creencia de que hay otra voluntad aparte de la Suya.
(102) Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.
Comparto lo que la Voluntad de mi Padre dispone para mí, Su Hijo. Lo que Él me ha dado es lo único que quiero.
Lo que Él me ha dado es lo único que existe.
A la hora en punto:
La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.
Media hora más tarde:
Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.

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miércoles, 25 de abril de 2018

Lección 115 - Repaso de las lecciones 99 - 100

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LECCIÓN 115

Repaso de las lecciones 99 - 100

(99) La salvación es mi única función aquí.
Mi función aquí es perdonar al mundo por todos los errores que yo he cometido.
Pues así me libero de ellos junto con él.
(100) Mi papel en el plan de salvación de Dios es esencial.
Soy esencial en el plan de Dios para la salvación del mundo,
Pues Él me dio Su plan para que yo salvara al mundo.
A la hora en punto:
La salvación es mi única función aquí.
Media hora más tarde:
Mi papel en el plan de salvación de Dios es esencial.

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martes, 24 de abril de 2018

Lección 114 - Repaso de las lecciones 97 - 98

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LECCIÓN 114

Repaso de las lecciones 97 - 98

(97) Soy espíritu.
Soy el Hijo de Dios.
No hay cuerpo que pueda contener mi espíritu o imponerme una limitación que Dios no haya creado.
(98) Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación.
¿Cuál podría ser mi función sino aceptar la Palabra de Dios, Quien me creó para ser lo que soy y lo que por siempre he de ser?
A la hora en punto:
Soy espíritu.
Media hora más tarde:
Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación.

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lunes, 23 de abril de 2018

Lección 113 - Repaso de las lecciones 95 - 96

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LECCIÓN 113

Repaso de las lecciones 95 - 96

(95) Soy un solo Ser, unido a mi Creador.
Mías son la serenidad y la paz perfecta, pues soy un solo Ser, completamente íntegro, uno con toda la creación y con Dios.
(96) La salvación procede de mi único Ser.
Desde mi único Ser, cuyo conocimiento aún permanece en mi mente, veo el plan perfecto de Dios para mi salvación perfectamente consumado.
A la hora en punto:
Soy un solo Ser, unido a mi Creador.
Media hora más tarde
La salvación procede de mi único Ser.

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domingo, 22 de abril de 2018

Lección 112 - Repaso de las lecciones 93 - 94

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LECCIÓN 112

Repaso de las lecciones 93 - 94

(93) La luz, la dicha y la paz moran en mí.
Soy la morada de la luz, la dicha y la paz.
Les doy la bienvenida a la morada que comparto con Dios, porque formo parte de Él.
(94) Soy tal como Dios me creó.
He de ser eternamente como siempre he sido, al haber sido creado por el Inmutable a Su Semejanza.
Y Soy uno con Él, así como Él es uno conmigo.
A la hora en punto:
La luz, la dicha y la paz moran en mí.
Media hora más tarde:
Soy tal como Dios me creó.

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sábado, 21 de abril de 2018

Lección 111 | Repaso de las lecciones 91 - 92

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LECCIÓN 111

Repaso de las lecciones 91 - 92

(91) Los milagros se ven en la luz.
No puedo ver en la obscuridad.
Permite que la luz de la santidad y de la verdad ilumine mi mente y me deje ver la inocencia que mora en mí.
(92) Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una.
Veo a través de la fortaleza el regalo que Dios me dio.
Mi debilidad es la obscuridad que Su regalo disipa, al ofrecerme Su fortaleza para que ocupe su lugar.
A la hora en punto:
Los milagros se ven en la luz.
Media hora más tarde:
Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una.

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Tercer Repaso - Introducción

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Tercer Repaso - Introducción

Hoy comienza nuestro siguiente repaso. Cada día repasaremos dos de las últimas veinte lecciones durante diez días consecutivos de práctica. Para estas sesiones de práctica seguiremos un formato especial, que se te exhorta a seguir tan fielmente como puedas.
Entendemos, por supuesto, que tal vez te resulte imposible hacer cada día y cada hora del día lo que aquí se sugiere como óptimo. Tu aprendizaje no se verá afectado si se te pasa una sesión de práctica porque te resultó imposible llevarla a cabo en el momento señalado. No es necesario tampoco que te esfuerces excesivamente por recuperar el número de sesiones perdidas. Nuestro objetivo no es hacer un rito de las sesiones de práctica, pues ello impediría el logro de nuestra meta.
Pero el aprendizaje definitivamente se vería afectado si dejases de llevar a cabo una sesión de práctica por no haber estado dispuesto a dedicarle el tiempo requerido. No te engañes a ti mismo con respecto a esto. Esa falta de buena voluntad puede estar muy cuidadosamente disimulada tras la falsa apariencia de situaciones que parecen estar fuera de tu control. Aprende a distinguir aquellas situaciones que no son propicias para tu práctica de aquellas que urdes para enmascarar tu falta de buena voluntad.
Aquellas sesiones de práctica que dejaste de hacer porque por una razón u otra no quisiste llevarlas a cabo, deberías hacerlas tan pronto como hayas cambiado de parecer con respecto a tu objetivo. No estás dispuesto a cooperar en la práctica de la salvación sólo si ello supone un obstáculo para los objetivos que son más importantes para ti. Una vez que dejes de otorgarles valor, permite entonces que tus sesiones de práctica se conviertan en los substitutos de las letanías que les dedicabas. Pues no te aportaron nada. Mas llevar a cabo tus prácticas te lo ofrece todo. Por lo tanto, acepta su ofrecimiento y permanece en paz.
El formato que debes seguir en estos repasos es el siguiente: dedica cinco minutos dos veces al día, o más si así lo prefieres, a reflexionar sobre los pensamientos que se han asignado. Lee las ideas y comentarios que se ofrecen para los ejercicios de cada día. Luego piensa en ellos, mientras dejas que tu mente los relacione con tus necesidades, tus aparentes problemas y todas tus preocupaciones.
Invita las ideas a tu mente, y deja que ésta las use según crea conveniente. Ten fe en que sabrá usarlas debidamente, pues para tomar sus decisiones cuenta con la ayuda de Aquel que te dio los pensamientos a ti. ¿En qué otra cosa podrías confiar sino en lo que se encuentra en tu mente? Ten fe, durante estos repasos, en que los medios que el Espíritu Santo utiliza no pueden fallar. La sabiduría de tu mente acudirá en tu ayuda. Dale instrucciones al principio, luego relájate con completa confianza y deja que la mente utilice los pensamientos que le diste tal como te fueron dados para que ella los utilizara.
Se te dieron con absoluta confianza y con la absoluta seguridad de que harías un buen uso de ellos; con la absoluta fe de que entenderías sus mensajes y los utilizarías en beneficio propio. Ofréceselos a tu mente con esa misma confianza, seguridad y fe. Ella no fallará. Pues es el medio del que el Espíritu Santo se vale para tu salvación. Y, puesto que ella goza de Su confianza, debe ser sin duda merecedora de la tuya también.
Hacemos hincapié en lo beneficioso que sería para ti dedicar los primeros cinco minutos del día a tus repasos, así como los últimos cinco antes de irte a dormir. Si esto no es factible, trata por lo menos de dividirlos de tal manera que lleves a cabo uno por la mañana y el otro durante la última hora antes de irte a dormir.
Los ejercicios a llevar a cabo a lo largo del día son igualmente importantes, o incluso más importantes. Te has sentido inclinado a hacer los ejercicios únicamente en los momentos señalados, y luego a ocuparte de otras cosas a las que no aplicas lo que has aprendido. Como resultado de ello, no has reforzado suficientemente tu aprendizaje, ni le has dado la oportunidad de probar cuán grandes son los regalos que te puede ofrecer. He aquí otra oportunidad de hacer un buen uso de él.
Durante estos repasos subrayamos la necesidad de no dejar que lo aprendido permanezca inactivo entre tus dos sesiones de práctica más largas. Intenta dar a tus dos ideas diarias un repaso breve, aunque serio, cada hora. Usa una de ellas a la hora en punto, y la otra, media hora más tarde. No necesitas dedicar más de un momento a cada una de ellas. Repite la idea, y deja que tu mente descanse en silencio y en paz por un rato. Luego puedes dedicarte a otras cosas. Trata, sin embargo, de mantener el pensamiento vivo en ti, y deja que sirva también para ayudarte a conservar la paz a lo largo del día.
Si algo te sobresalta, piensa de nuevo en la idea. Estas sesiones de práctica están diseñadas para ayudarte a formar el hábito de aplicar lo que aprendes cada día a todo lo que haces. No es cuestión de repetir el pensamiento y luego olvidarte de él. La ayuda que te puede prestar es infinita. Y su propósito es serte útil en toda circunstancia, en todo momento y lugar, así como siempre que necesites cualquier clase de ayuda. Procura, pues, tener presente la idea en todas tus actividades diarias, y haz que sean santas, dignas del Hijo de Dios y aceptables para Dios y para tu Ser.
Cada repaso diario debe concluir con una afirmación más del pensamiento que se debe repetir a la hora en punto, así como del que se debe repetir media hora más tarde. No te olvides. Esta segunda oportunidad de repasar cada una de estas ideas producirá avances tan grandes que emergeremos de estos repasos con ganancias tan extraordinarias en nuestro aprendizaje que de ahí en adelante marcharemos sobre un terreno más firme, con pasos más seguros y con mayor fe.
No te olvides de lo poco que has aprendido.
No te olvides de lo mucho que puedes aprender ahora.
No te olvides de lo mucho que tu Padre te necesita, según repasas los pensamientos que Él te dio.

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viernes, 20 de abril de 2018

Lección 110 | Soy tal como Dios me creó.

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LECCIÓN 110

Soy tal como Dios me creó.

Repetiremos la idea de hoy de vez en cuando. Pues sólo con este pensamiento bastaría para salvarte a ti y al mundo, si creyeses que es verdad. Su veracidad significa que no has efectuado ningún cambio real en ti, ni que tampoco has cambiado el universo de manera que lo que Dios creó hubiese podido ser reemplazado por el miedo y la maldad, por la aflicción y la muerte. Si sigues siendo tal como Dios te creó, el miedo no tiene sentido, la maldad no es real y la aflicción y la muerte no existen.
La idea de hoy es, por lo tanto, todo cuanto necesitas para dejar que la absoluta corrección sane tu mente y te conceda una visión perfecta que corrija todos los errores que cualquier mente haya podido cometer en cualquier momento o lugar. Esta idea es suficiente para sanar el pasado y liberar el futuro. Esta idea es suficiente para permitir que el presente se acepte tal como es. Esta idea es suficiente también para dejar que el tiempo sea el medio por el que el mundo entero aprende a escaparse del tiempo y de todos los cambios que éste parece producir con su pasar.
Si sigues siendo tal como Dios te creó, las apariencias no pueden reemplazar a la verdad, la salud no puede trocarse en enfermedad, la muerte no puede suplantar a la vida ni el miedo al amor. Nada de eso ha ocurrido si tú sigues siendo tal como Dios te creó. No necesitas otro pensamiento que éste para permitir que la redención venga a iluminar al mundo y a liberarlo del pasado.
Con este pensamiento basta para erradicar todo el pasado y salvar el presente a fin de que se pueda extender serenamente hasta un futuro intemporal. Si eres tal como Dios te creó, entonces no ha habido separación alguna entre tu mente y la Suya, ni división entre tu mente y otras mentes, y sólo ha habido unidad en la tuya.
El poder sanador de la idea de hoy es ilimitado. La idea de hoy es la cuna de todos los milagros, la gran restauradora de la verdad en la conciencia del mundo. Practica la idea de hoy con gratitud. Ésta es la verdad que te hará libre. Ésta es la verdad que Dios te ha prometido. Ésta es la Palabra con la que a todo sufrimiento le llega su fin.
Comienza las sesiones de práctica de cinco minutos con esta cita del texto:
Soy tal como Dios me creó.
Su Hijo no puede sufrir.
Y yo Soy Su Hijo.
Luego, mientras mantienes esta afirmación fija en la mente, trata de encontrar en ella al Ser que es el santo Hijo de Dios Mismo.
Busca en tu interior a Aquel que es el Cristo en ti, el Hijo de Dios y hermano del mundo; el Salvador que ha sido salvado para siempre y que tiene el poder de salvar a todo aquel que entra en contacto con Él, por levemente que sea, y le pida la Palabra que le dice que él es Su hermano.
Eres tal como Dios te creó. Honra hoy a tu Ser y no rindas culto a las imágenes que fabricaste para que fuesen el Hijo de Dios en lugar de lo que él es. En lo más recóndito de tu mente el santo Cristo en ti espera a que lo reconozcas como lo que tú eres. Y mientras no lo reconozcas y Él siga siendo un desconocido para ti, tú seguirás perdido y sin saber quién eres.
Búscalo hoy y encuéntralo. Él te salvará de todos los ídolos que has inventado. Pues cuando lo encuentres, comprenderás cuán indignos son tus ídolos y cuán falsas las imágenes que creías ser. Hoy damos un paso gigantesco hacia la verdad al abandonar nuestros ídolos y abrir nuestros brazos, nuestros corazones y nuestras mentes a Dios.
Lo recordaremos a lo largo del día con nuestros corazones rebosantes de gratitud y albergando solamente pensamientos amorosos hacia todos aquellos que hoy se crucen en nuestro camino. Pues así es como lo recordaremos. Y para poder recordar a Su Hijo, nuestro santo Ser, el Cristo en cada uno de nosotros diremos:
Soy tal como Dios me creó.
Declaremos esta verdad tan a menudo como podamos. Ésta es la Palabra de Dios que te hace libre. Ésta es la llave que abre las puertas del Cielo y te permite entrar a la paz de Dios y a Su eternidad.

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jueves, 19 de abril de 2018

Lección 109 | Descanso en Dios.

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LECCIÓN 109

Descanso en Dios.

Hoy pedimos descanso y una quietud que las apariencias del mundo no puedan perturbar. Pedimos paz y tranquilidad en medio de todo el torbellino nacido de sueños conflictivos. Pedimos seguridad y felicidad, aunque lo que parece que vemos es peligro e infortunio. Y disponemos del pensamiento que responderá a nuestra petición con lo que pedimos.
Descanso en Dios”. Este pensamiento te brindará el descanso y el sosiego, la paz y la quietud, así como la seguridad y felicidad que buscas. “Descanso en Dios”. Este pensamiento tiene el poder de despertar la verdad durmiente en ti que posees la visión que ve más allá de las apariencias hasta esa misma verdad en todo el mundo y en todo lo que existe. He aquí el fin del sufrimiento para el mundo entero y para todo aquel que jamás haya venido o haya de venir para estar aquí por algún tiempo. He aquí el pensamiento mediante el cual el Hijo de Dios nace de nuevo para reconocerse a sí mismo.
Descanso en Dios”. Completamente impávido, este pensamiento te sacará adelante a través de tormentas y luchas, más allá del infortunio y del dolor, de la pérdida y de la muerte, y te llevará a la certeza de Dios. No hay sufrimiento que no pueda sanar No hay problema que no pueda resolver. Y no hay apariencia que no se convierta en la verdad ante los ojos de vosotros que descansáis en Dios.
Este es el día de la paz. Descansas en Dios, y mientras los vientos del odio dividen el mundo, tu descanso permanece imperturbable. Tuyo es el descanso de la verdad. Las apariencias no te pueden perturbar. Exhortas a todos tus hermanos a que se unan a ti en tu descanso, y ellos te oirán y vendrán a ti porque descansas en Dios. No oirán ninguna otra Voz excepto la tuya porque tú le entregaste tu Voz a Dios, y ahora descansas en Él y dejas que Él hable a través de ti.
En Él no tienes inquietudes, preocupaciones, agobios, ansiedades o dolor, ni miedo al futuro ni remordimientos por el pasado. Descansas en la intemporalidad, mientras que el tiempo pasa de largo sin dejar marca sobre ti, pues nada puede jamás alterar tu descanso en modo alguno. Descansa hoy. Y según cierras los ojos, sumérgete en la quietud. Permite que estos períodos de descanso y respiro le aseguren a tu mente que todas sus frenéticas fantasías no eran sino los sueños de un delirio febril que ya pasó. Deja que tu mente se aquiete y acepte con agradecimiento su curación. Ahora que descansas en Dios ya no vendrán a rondarte sueños de terror. Dedica tiempo hoy a ir más allá de los sueños, hasta llegar a la paz.
En los descansos que hoy tomas cada hora, una mente fatigada de repente se alegrará, un pájaro con las alas rotas romperá a cantar y un arroyo por largo tiempo seco manará de nuevo. El mundo renace cada vez que descansas y recuerdas cada hora, que viniste a brindarle la paz de Dios al mundo a fin de que pudiese descansar junto contigo.
Cada vez que hoy descansas cinco minutos el mundo se acerca más a su despertar. Y el momento en que lo único que haya sea descanso se acerca más a todas las mentes cansadas y exhaustas, demasiado agotadas ahora como para poder seguir adelante solas, Y estas mentes oirán al pájaro cantar otra vez y verán el manantial manar de nuevo, y con renacida esperanza y renovado vigor marcharán con paso ligero por la senda que de súbito parece más fácil de recorrer según siguen adelante.
Hoy descansas en la paz de Dios, y desde tu descanso exhortas a tus hermanos a que encuentren el suyo y descansen junto a ti. Hoy serás fiel a tu cometido, al no olvidarte de nadie e incluir a todos en el infinito círculo de tu paz, el sagrado santuario donde reposas. Abre las puertas del templo y deja que tus hermanos distantes y tus amigos más íntimos vengan desde los más remotos lugares del mundo, así como desde los más cercanos; invítalos a todos a entrar y a descansar contigo.
Hoy descansas en la paz de Dios, tranquilo y sin miedo. Cada uno de tus hermanos viene a descansar y a ofrecerte a ti su descanso. Descansamos juntos aquí, pues así es como nuestro descanso es total, y lo que hoy damos ya lo hemos recibido. El tiempo no es el guardián de lo que damos hoy. Damos a los que aún no han nacido y a los que ya partieron, a todo Pensamiento de Dios, y a la Mente en la que estos Pensamientos nacieron y en donde descansan. Y les recordamos su lugar de descanso cada vez que nos decimos a nosotros mismos: "Descanso en Dios."

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miércoles, 18 de abril de 2018

Lección 108 | Dar y recibir son en verdad lo mismo.

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LECCIÓN 108

Dar y recibir son en verdad lo mismo.

La visión depende de la idea de hoy. La luz se encuentra en ella, pues reconcilia todos los aparentes opuestos. ¿Y qué puede ser la luz sino la resolución, nacida de la paz, de fundir todos tus conflictos y pensamientos erróneos en un solo concepto que sea completamente cierto? Incluso éste desaparecerá, ya que el Pensamiento que se encuentra tras él aparecerá para ocupar su lugar. Y ahora estás en paz para siempre, pues en ese punto al sueño le llega su fin.
La verdadera luz que hace posible la verdadera visión no es la luz que los ojos del cuerpo contemplan. Es un estado mental que se ha unificado en tal grado que la obscuridad no se puede percibir en absoluto. Y de esta manera, lo que es igual se ve como lo mismo, mientras que lo que es diferente ni se nota, pues no está ahí.
Ésta es la luz en la que no se pueden ver opuestos, y la visión, al haber sanado, tiene el poder de sanar. Ésta es la luz que extiende tu paz interior hasta otras mentes, para compartirla y regocijarse de que todas ellas sean una contigo y una consigo mismas. Ésta es la luz que sana porque genera una sola percepción, basada en un solo marco de referencia, del que procede un solo significado.
Ahí dar y recibir se ven como diferentes aspectos de un mismo Pensamiento, cuya verdad no depende de cuál de esos dos aspectos se vea primero, ni de cuál parezca estar en segundo lugar. Ahí se entiende que ambos ocurren simultáneamente, para que el Pensamiento conserve su integridad. Y este entendimiento es la base sobre la que se reconcilian todos los opuestos, ya que se perciben desde el mismo marco de referencia que unifica dicho Pensamiento.
Un solo pensamiento, completamente unificado, servirá para unificar todos los pensamientos. Esto es lo mismo que decir que una sola corrección bastará para que todo quede corregido, o que perdonar a un solo hermano completamente es suficiente para brindarle la salvación a todas las mentes. Pues éstos son sólo algunos casos especiales de la ley que rige toda clase de aprendizaje, siempre que esté dirigido por Aquel que conoce la verdad.
Aprender que dar es lo mismo que recibir tiene una utilidad especial, ya que se puede poner a prueba muy fácilmente y comprobar que es verdad. Y cuando con este caso especial se haya comprobado que en toda circunstancia en que se le ponga a prueba siempre da resultado, el pensamiento subyacente se puede entonces generalizar a otras áreas de duda y de doble visión. Y de ahí se expandirá hasta llegar finalmente al único Pensamiento subyacente a todos ellos.
Hoy practicaremos con el caso especial de dar y recibir. Utilizaremos esta sencilla lección acerca de lo obvio porque produce resultados que no se nos pueden escapar. Dar es recibir. Hoy intentaremos ofrecerle paz a todo el mundo y ver cuán rápidamente retorna a nosotros. La luz es tranquilidad, y en esa paz se nos concede la visión, y entonces podemos ver.
De este modo damos comienzo a nuestras sesiones de práctica con las instrucciones para hoy, y afirmamos:
Dar y recibir son en verdad lo mismo.
Recibiré lo que estoy dando ahora.
Luego cierra los ojos y piensa durante cinco minutos en lo que quieres ofrecerle a todo el mundo, para así disfrutar de ello. Podrías decir por ejemplo:
Le ofrezco sosiego a todo el mundo.
Le ofrezco paz interior a todo el mundo.
Le ofrezco ternura a todo el mundo.
Repite cada frase lentamente y luego haz una pequeña pausa, esperando recibir el regalo que diste. Éste te llegará en la misma medida en que lo diste. Te darás cuenta de que recibes una retribución exacta, pues eso es lo que pediste. Puede que te resulte útil, asimismo, pensar en alguien a quien dar tus regalos. Él representa a los demás y a través de él estarás dándoselos a todo el mundo.
Nuestra sencilla lección de hoy te enseñará mucho. De ahora en adelante entenderás mucho mejor el concepto de efecto y causa, y nuestro progreso será mucho más rápido. Piensa en los ejercicios de hoy como rápidos avances en tu aprendizaje, el cual se acelerará y consolidará cada vez que digas: "Dar y recibir son en verdad lo mismo"

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martes, 17 de abril de 2018

Lección 107 | La verdad corregirá todos los errores de mi mente.

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LECCIÓN 107

La verdad corregirá todos los errores de mi mente.

¿Qué otra cosa puede corregir las ilusiones sino la verdad? ¿Y qué son los errores sino ilusiones que aún no se han reconocido como tales? Allí donde la verdad ha hecho acto de presencia los errores desaparecen. Simplemente se desvanecen sin dejar ni rastro por el que se pudiesen recordar. Desaparecen porque, sin la creencia que los sustenta, no tienen vida. De este modo se disuelven en la nada de donde provinieron. Del polvo vienen y al polvo volverán, pues lo único que queda es la verdad.
¿Puedes imaginarte lo que sería un estado mental en el que no hubiese ilusiones? ¿Qué sensación te produciría? Trata de recordar algún momento - quizá un minuto, o incluso menos - en el que nada vino a perturbar tu paz; en el que te sentiste seguro de ser amado y de estar a salvo. Trata entonces de imaginarte cómo sería si ese momento se pudiera extender hasta el final del tiempo y hasta la eternidad. Luego deja que la sensación de quietud que sentiste se multiplique cien veces, y luego cien veces más.
Entonces tendrás un atisbo, que no es más que un leve indicio del estado en el que tu mente descansará una vez que haya llegado la verdad. Sin ilusiones no puede haber miedo, dudas o ataque. Cuando la verdad llegue todo dolor cesará, pues no habrá cabida en tu mente para pensamientos transitorios e ideas muertas. La verdad la ocupará por completo y te liberará de todas tus creencias en lo efímero. No habrá cabida para éstas porque la verdad habrá llegado y ahora dichas creencias no estarán en ninguna parte. No se pueden encontrar, pues ahora la verdad lo ocupa todo eternamente.
Cuando la verdad llega no se queda sólo por un rato para luego desaparecer o convertirse en otra cosa. Su forma no cambia ni varía, ni ella va y viene, para luego volver a irse y regresar de nuevo. Permanece exactamente como siempre fue, de manera que podamos contar con ella en caso de cualquier necesidad, y confiar, con perfecta certeza, en que estará con nosotros en todas las aparentes dificultades y dudas que engendran las apariencias que el mundo presenta. Éstas simplemente desaparecerán cuando la verdad corrija los errores de tu mente.
Cuando la verdad llega trae en sus alas el don de la perfecta constancia, así como un amor que no se arredra ante el dolor, sino que mira, con seguridad y firmeza, más allá de él. He aquí el don de la curación, pues la verdad no necesita defensa y, por lo tanto, no es posible ningún ataque. Las ilusiones pueden llevarse ante la verdad para ser corregidas. Pero la verdad se alza muy por encima de las ilusiones, y no puede ser llevada ante éstas para hacer que sean verdad.
La verdad no va y viene, no cambia ni varía, adoptando una apariencia ahora y luego otra, evitando la captura y evadiendo la atención. No se oculta. Se alza en plena luz, claramente accesible aprehensión. Es imposible que alguien que la busque verdaderamente no la pueda encontrar. Este día le pertenece a la verdad. Dale lo que le corresponde, y ella te dará lo que es tuyo. No fuiste creado para sufrir y morir. La Voluntad de tu Padre dispone que esos sueños desaparezcan. Deja que la verdad los corrija.
No estamos pidiendo lo que no tenemos. Estamos pidiendo simplemente lo que nos pertenece, de manera que podamos reconocer que es nuestro. Hoy practicamos con la feliz certeza que emana de la verdad. Los titubeantes e inestables pasos de la ilusión no serán nuestro enfoque hoy. Estamos tan seguros de que vamos a triunfar como de que vivimos, de que tenemos esperanzas y de que respiramos y pensamos. No tenemos ninguna duda de que hoy caminamos con la verdad, y contamos con ella para que forme parte de todos los ejercicios que habremos de hacer en este día.
Comienza pidiéndole a Aquel que te acompaña en esta empresa que permanezca en tu conciencia conforme vas con Él. Tú no estás hecho de carne, sangre y huesos, sino que fuiste creado por el mismo Pensamiento que le concedió a Él el don de la vida. Él es tu Hermano, y tan parecido a ti que tu Padre sabe que ambos sois lo mismo. Es a tu propio Ser al que le pides que te acompañe, y ¿cómo podría Él no estar donde tú estás?
La verdad corregirá todos los errores de tu mente que te dicen que puedes estar separado de Él. Habla con Él hoy, y comprométete a permitir que Su función se realice a través de ti. Compartir Su función es compartir Su dicha. Dispones de Su confianza cuando dices:
La verdad corregirá todos los errores de mi mente, y descansaré en Aquel que es mi Ser.
Deja entonces que Él te guíe dulcemente hacia la verdad, la cual te envolverá y te llenará de una paz tan profunda y serena que te será difícil regresar al mundo que te es familiar.
Aun así, te sentirás feliz de volver a ver ese mundo. Pues traerás contigo la promesa de los cambios que la verdad que te acompaña habrá de efectuar en él. Éstos serán cada vez mayores con cada regalo de cinco breves minutos que le hagas a Él, y los errores que rodean al mundo quedarán corregidos a medida que permitas que se corrijan en tu mente.
No te olvides hoy de tu función. Cada vez que te dices a ti mismo con absoluta certeza: "La verdad corregirá todos los errores de mi mente," hablas en nombre de todos y de Aquel que liberará al mundo según te libere a ti.

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